miércoles, 15 de julio de 2009

El retorno al Origen

Bachue es la Gran Madre Abuela Creadora del universo en la mitología Muisca. Ella es la intangible, ella era el pensamiento, la imaginación y la fuerza que iba a venir. En Ella y en su pensamiento, estaba todo lo que habría de venir. En el tiempo de unquyquie nxie, cuando Bague pensó, su pensamiento se transformó en obra. Antes de esto no había nada. Así Bague creó a los hacedores y formadores del universo y les dio la orden de comenzar la creación del universo.

Los hacedores y formadores son Bachué, Cuza, Chibchachum, Bochica, Nemcatacoa y sus seis hijos y la Trinidad de Chiminigagua , constituida por Chí, Chímini y Chiminigagua.

Ellos iniciaron un danza de muy larga duración (Sas quyhynuca), al son del tambor de Fo, en la que fuera la primera Cuca o templo ceremonial. Y así fueron creando el espacio y el tiempo en la oscuridad de la nada.

Ellos decidieron hacer materia prima para el universo y crearon a Fiva (el aire), a Faova (la nube) y a Ie (el humo y el camino). Luego crearon los puntos cardinales y después el arriba y el abajo para darle volumen al universo. Luego en el vacío crearon el centro de la influencia y el poder al que denominaron Tomsa (ombligo).

Pero todavía nada tenía consistencia, y pasaron muchos bxogonoas hasta que al fin llegó sas bequia, el tiempo del principio del mundo.

El Principio del Mundo ocurre cuando surge Chimi, la Pulpa, la primera cosa del mundo. Luego en el agujero de Tomsa, que tiene la forma de gacha, se incubaron los embriones de estrella, de tierra, de piedra y de todas las cosas materiales. Cuando Tomsa estuvo llena se batió con una ana hasta que estuvo en su punto. Así de la mezcla salió la semilla de la tierra y la semilla de toda cosa. Las migajas que sobraron fueron arrojadas a la distancia y dieron origen a la Vía Láctea.

Luego los elementos fueron distribuidos, el calor a Sua (Xué) - el sol -, el frío a Chía - la luna-, las nubes y el humo a la tierra. Pero todas estas cosas seguían siendo semilla, nada había germinado todavía. Entonces Mnya, el color dorado refulgente, la energía, se unió a Chimi, la pulpa recién creada y se transformó en Chímini, la primera fuerza creadora, el poder de la creación. Y así fue el comienzo del mundo.





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